La vigésimo novena Jornada Mundial del Enfermo se conmemora en el marco de la pandemia por la COVID-19 con un lema que invita a la fraternidad y a la solidaridad, tomado del Evangelio de San Mateo: “uno solo es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos”.
En esta ocasión el llamado que hace el papa Francisco es muy claro: “este es un momento propicio para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades. Pienso, en particular, en quienes sufren en todo el mundo los efectos de la pandemia del coronavirus. A todos, especialmente a los más pobres y marginados, les expreso mi cercanía espiritual, al mismo tiempo que les aseguro la solicitud y el afecto de la Iglesia”
El mundo atraviesa una pandemia que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con corte a 9 de febrero de 2021, ha afectado a 106.732.062 personas que han dado positivo para COVID-19 y les ha costado la vida a 2.333.776 individuos.
Aunque ya se han administrado 128 millones de dosis de vacunas (según comunicado de prensa de la OMS del 10 de febrero), solo diez países que representan el 60 % del producto interno bruto (PIB) mundial han acaparado más de tres cuartas partes de las dosis aplicadas, y en casi 130 países que tienen más de 2500 millones de habitantes no se ha administrado ni siquiera una dosis; esto es reflejo de la inequidad existente en el mundo.
En medio de esta situación la Iglesia invita a recordar la actitud del Buen Samaritano y las palabras de la encíclica Fratelli tutti para que no olvidemos que más allá de las cifras que a diario se difunden por los medios de comunicación y las redes sociales, “la enfermedad siempre tiene un rostro, incluso más de uno: tiene el rostro de cada enfermo y enferma, también de quienes se sienten ignorados, excluidos, víctimas de injusticias sociales que niegan sus derechos fundamentales”.
También hace un llamado para que nos “cuidemos mutuamente” y apoyemos decididamente el trabajo de los profesionales de la salud que a diario se enfrentan a esta pandemia. En la Nueva Carta de los agentes sanitarios, en la que se habla de la relación entre los cuidadores de la salud y sus pacientes, se recomienda: “para que haya una buena terapia, es decisivo el aspecto relacional, mediante el que se puede adoptar un enfoque holístico hacia la persona enferma. Dar valor a este aspecto también ayuda a los médicos, los enfermeros, los profesionales y los voluntarios a hacerse cargo de aquellos que sufren para acompañarles en un camino de curación, gracias a una relación interpersonal de confianza”.
Finalmente, el papa Francisco hace énfasis en el principio rector de la cristiandad y su aplicación en medio de esta pandemia: “el mandamiento del amor, que Jesús dejó a sus discípulos, también encuentra una realización concreta en la relación con los enfermos. Una sociedad es tanto más humana cuanto más sabe cuidar a sus miembros frágiles y que más sufren, y sabe hacerlo con eficiencia animada por el amor fraterno. Caminemos hacia esta meta, procurando que nadie se quede solo, que nadie se sienta excluido ni abandonado”.
¿Qué es la Jornada Mundial del enfermo?
Es una fecha instituida por el papa Juan Pablo II el 13 de mayo de 1992, cuyo propósito es “sensibilizar a las instituciones sanitarias y a la misma sociedad civil ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos”, se conmemora el 11 de febrero en la fiesta de la Virgen de Lourdes.
Nuestro compromiso con la causa
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